Con más de una década de experiencia en biorresonancia y una especialización en medicina clínica, mi práctica en la ciudad de Córdoba ha sido gratificante y llena de descubrimientos.
Recuerdo un caso que ilustra cómo la biorresonancia puede revelar conexiones inesperadas y guiar hacia tratamientos efectivos.
Recientemente, una paciente de sexo femenino de 40 años llegó a mi consulta por tos crónica. Esta paciente, a quien llamaremos Marta, estuvo luchando contra la enfermedad durante años, sin encontrar alivio a través de los tratamientos convencionales. Su situación no mejoraba, pero sabía que mi experiencia en biorresonancia podría ofrecer una nueva perspectiva.
Al examinar su historial médico y realizar pruebas biofísicas con el sistema de biorresonancia, quedé sorprendido al descubrir que sus síntomas de bronquitis no estaban directamente relacionados con su sistema respiratorio, por lo que en lugar de enfocarme únicamente en los pulmones y las vías respiratorias, decidí ampliar la búsqueda, y logre identificar una correlación inesperada con el corazón, por lo que indague un poco mas, y asi termino recordando que varios años atrás un médico le había diagnosticado a Marta con problemas cardíacos, pero en ese momento no le había proporcionado el tratamiento.
Este hallazgo fue crucial para comprender la raíz de su bronquitis.
Con esta nueva información en mente, diseñamos un plan de tratamiento centrado en fortalecer el sistema cardiovascular.
A través de sesiones de terapia con programas específicos para apoyar la actividad cardíaca, Marta experimentó una notable mejoría en su salud, su bronquitis se había estabilizado y, por primera vez en mucho tiempo, se sentía saludable.
Este caso ilustra el poder de la biorresonancia para identificar las causas subyacentes de las enfermedades y guiar hacia soluciones efectivas y personalizadas.